Creo que ya llevo suficiente tiempo gozando del mundo Apple como para afirmar que nunca más volveré a caer en la pesadilla Microsoft. Debo puntualizar que esta rotunda afirmación se refiere a mi uso cotidiano de la tecnología y no a la tipología de nuestros desarrollos que se continuarán realizando mayormente en .NET (larga vida a C#).
Pero por lo que a mí respecta estoy más que encantado con mi macbook, mi iphone, mi ijam y todo lo que Steve Jobs me venda en cada uno de sus keynotes de coleccionista.
Esta afiliación maquera me genera una nueva disputa con mi compañero Jordi Casas, una más de esas sanas batallas que amenizan nuestros desayunos. Salta a la vista que Jordi y yo mantenemos varios puntos de desencuentro: no leemos lo mismo, no vemos las mismas pelis y por supuestísimo no escuchamos la misma música ;))). Pero más allá de estas irrelevantes desavenienzas nos unen grandes pasiones como esa cosa llamada TMT en la que llevamos años exprimiendo juntos nuestras mejores neuronas, y por encima de todo coincidimos en un gran amor por esa preciosa cosita llamada Alba que nos tiene el corazón robado.
Alba: dilluns el padrí et portará la millor mona de pasqua: ¡una poma de xocolata!