No creo que me salte ninguna cláusula de confidencialidad si revelo que el motivo principal de mi viaje a Donosti ha sido reunirme con la gente de Ikusi. Ikusi es una de esas empresas vascas que tanto me maravillan y que ha conseguido un gran crecimiento (más de 1.000 empleados y presencia en más de 80 países) apostando claramente por la I+D+i y echándole al asunto grandes dosis de esfuerzo y tenacidad. Una empresa orientada al cliente que ha sabido adaptarse al cambio y que antepone siempre la calidad. Sin duda una gran compañía y una compañía con grandes personas como Javier, Fermín, Iñaki y María que nos han ofrecido un trato exquisito durante toda la jornada. Da gusto trabajar con gente así.
Parece ser que Ikusi significa "mirar", un sentido que gana mucho sentido ahora que Ikusi ha anunciado su nueva división de Digital Media. Estoy plenamente convencido que desde TMT Factory podemos desarrollar junto a Ikusi nuevas soluciones de confianza que serán "miradas" y admiradas.
En cualquier caso venir a Donosti es siempre un placer para los sentidos. Y si durante el día fue el sentido de la vista (Ikusi), por la noche fue el sentido del gusto: el gusto de ser invitado por Dani, Iñigo y Pedro a la Sociedad Gastronómica Aizepe, el gusto de probar las increíbles almejas con arroz de Iñigo y el gustazo de compartir la velada con esta fantástica cuadrilla a quienes ya considero unos grandes amigos.
Sentiría mucho perderme estos placeres, así que acepto la invitación de volver recurrentemente a Donosti para sentir nuevamente con mis amigos vascos todos estos sentidos. Esto es algo que tiene mucho sentido para mí. Y es que aquí me siento como en casa. El gusto es mío, amigos, Mila esker.