Cuando en febrero de 2007 escribí aquí algunas reflexiones sobre mis orígenes, me pareció enorme el árbol del Montseny que simbolizaba mis raíces. Hoy, al pie de las Sequoias más grandes del mundo, aquel árbol de mi tierra me parece realmente diminuto. Y hoy y aquí, diminuto me siento yo.
Sé que ahora debo jugar en el bosque de los grandes y sé que ahora toca mirar hacia arriba. No sé si conseguiré crecer lo suficiente para alcanzar la luz y no sé si me perderé en la inmensidad de este bosque frondoso. Pero de lo que estoy seguro es que, pase lo que pase, no olvidaré mis raíces y mis orígenes, porque en el fondo, no soy más que un árbol del Montseny que intenta crecer, florecer y obtener buenos frutos que compartir. Porque "de ti aprendí", avi Quico.
Raíces. Montseny, febrero 2007 Tronco. Mariposa Grove, agosto 2009