No se cuanto tiempo aguantaré sin volver a mi Barcelona amada y sin ver a mis seres queridos, nunca había estado tanto tiempo lejos de mi tierra y empiezo a echar muchísimo de menos a mi familia y a mis amigos del alma. Es curioso como la distancia te acerca a lo amado y como la imposibilidad te provoca mayor deseo. Pero necesitaba perspectiva y es asombroso la de árboles que veo ahora que estoy lejos del bosque (you can't see the forest for the trees...).
Creo que nada podrá substituir nunca Barcelona pero siento que acabo de encontrar en Palo Alto mi nuevo lugar, una vieja casita de papel que poco a poco y tras varios viajes a Ikea estoy convirtiendo en un hogar, un contenedor de ilusiones donde volver a soñar. Y aquí estoy empezando mi nueva vida en este bonito lugar llamado Palo Alto.
Palo Alto es aparentemente un pequeño y tranquilo pueblo de la bahía de San Francisco dónde la gente se para a charlar en las calles y los atardeceres se alargan para poder escuchar el silencio. Pero escondidas detrás de las viejas farolas y sin perturbar el paseo de los lugareños, están aquí las empresas más innovadoras del mundo y la Universidad de referencia para todo emprendedor, el verdadero corazón de Silicon Valley. Una ristra de casualidades ha hecho que mi casa esté a 5 minutos de Stanford donde seguiré estudiando pero también está a 2 manzanas de IDEO, a 4 manzanas del mítico Garaje de HP, a 10 manzanas de la casa de Steve Jobs y a media hora de San Francisco que es lo más parecido a Barcelona que podía imaginar.
No sé que me depara mi futuro pero hoy y aquí me siento feliz y todo empieza a rodar.