Recuerdo que le hice esta foto a Jaume cuando se ofreció con mucho corazón para ayudar en aquella lucha que pretendía salvar el corazón de Nataly desde el ejército TMT. Hoy el corazón de Jaume también ha dejado de latir y nos ha dejado un vacío enorme en todos los que hemos tenido la suerte de conocerle.
No sé quien se encarga desde el cielo de decidir quien abandona prematuramente la tierra pero debe ser muy torpe porque hoy se ha vuelto a equivocar. Jaume y todos los que le queremos, merecíamos más tiempo para vivir juntos la vida tal y como él mismo nos enseñó. Quedaba mucho por hacer...
Conocí a Jaume once años atrás, cuando TMT aún no tenía ningún empleado, y desde entonces, Jaume me ha ayudado mucho a mí y a toda la gente que ha ido pasando por la empresa, con amor y generosidad, llegándose a convertir en un padre espiritual para todos. Y es que Jaume tenía ese don de transferir confianza, optimismo y motivación. Jaume era una buena persona que hacía que todos fuéramos mejores personas también. Jaume era todo corazón.
Jaume me abrió las puertas de su casa, sus sueños y sus seres queridos. Una familia extraordinaria que considero parte de mi familia. Una familia que hoy está triste pero que mañana se despertará feliz porque todos recordaremos la sonrisa de Jaume y esos ojos ilusionados con los que nos contaba sus proyectos y sus cosas. Y es que a pesar que algún torpe decidiera hoy llevárselo al cielo, Jaume continuará presente entre nosotros con su sonrisa y sus ojos de ilusión.
Buenas noches Jaume, hasta mañana.
No sé quien se encarga desde el cielo de decidir quien abandona prematuramente la tierra pero debe ser muy torpe porque hoy se ha vuelto a equivocar. Jaume y todos los que le queremos, merecíamos más tiempo para vivir juntos la vida tal y como él mismo nos enseñó. Quedaba mucho por hacer...
Conocí a Jaume once años atrás, cuando TMT aún no tenía ningún empleado, y desde entonces, Jaume me ha ayudado mucho a mí y a toda la gente que ha ido pasando por la empresa, con amor y generosidad, llegándose a convertir en un padre espiritual para todos. Y es que Jaume tenía ese don de transferir confianza, optimismo y motivación. Jaume era una buena persona que hacía que todos fuéramos mejores personas también. Jaume era todo corazón.
Jaume me abrió las puertas de su casa, sus sueños y sus seres queridos. Una familia extraordinaria que considero parte de mi familia. Una familia que hoy está triste pero que mañana se despertará feliz porque todos recordaremos la sonrisa de Jaume y esos ojos ilusionados con los que nos contaba sus proyectos y sus cosas. Y es que a pesar que algún torpe decidiera hoy llevárselo al cielo, Jaume continuará presente entre nosotros con su sonrisa y sus ojos de ilusión.
Buenas noches Jaume, hasta mañana.