Mi cámara murió hoy en Half-Moon Bay, una gran ola vino de repente en plan tsunami y acabó con ella, curiosamente en la playa de Miramar. No sé cuantas fotos habré tomado con esta cámara desde que me la compré para subir al Kilimanjaro al inicio de mi "free-year" pero la voy a echar muchísimo de menos, era una gran compañera de viaje.
Aquí dejo sus últimas fotos, las que milagrosamente he podido rescatar de una SD bañada por el océano, unas fotos tomadas al principio de un precioso día en Half-Moon Bay, un pequeño paraíso situado a 25 millas de Palo Alto. Del resto del día no tengo imágenes pero tampoco tengo palabras para describir la ristra de placeres que han aparecido uno tras otro, desde ver a una ballena madre con su “bebé”, hasta disfrutar de una puesta de sol increíble.
Y no creo que mi cámara hubiera podido captar la felicidad que hemos vivido despidiendo este maravilloso día alrededor de una hoguera, pero tal y como ha dicho Jose Luis: “Si la felicidad absoluta existe, debe parecerse mucho a esto”.
Aquí dejo sus últimas fotos, las que milagrosamente he podido rescatar de una SD bañada por el océano, unas fotos tomadas al principio de un precioso día en Half-Moon Bay, un pequeño paraíso situado a 25 millas de Palo Alto. Del resto del día no tengo imágenes pero tampoco tengo palabras para describir la ristra de placeres que han aparecido uno tras otro, desde ver a una ballena madre con su “bebé”, hasta disfrutar de una puesta de sol increíble.
Y no creo que mi cámara hubiera podido captar la felicidad que hemos vivido despidiendo este maravilloso día alrededor de una hoguera, pero tal y como ha dicho Jose Luis: “Si la felicidad absoluta existe, debe parecerse mucho a esto”.