Se ha escrito por aquí que la felicidad solo es real cuando es compartida. Hoy he gozado de un momento de gran felicidad al compartir un brunch en San Francisco con dos personas muy especiales: Angelina y Olivia.
A pocas millas de aquí, las ardillas xip y xop hacían lo propio compartiendo un fabuloso brunch que ha llenado mi jardín de felicidad, de cáscaras y por lo pronto, de pequeñas ardillas. No debe haber mayor felicidad que tener hijos y verlos crecer.
Ahora Angelina y Olivia parten hacia Montana donde compartirán muchos momentos felices. Pero espero que no se olviden de volver a menudo a La City para compartir buenos brunch, de esos de felicidad real.
A pocas millas de aquí, las ardillas xip y xop hacían lo propio compartiendo un fabuloso brunch que ha llenado mi jardín de felicidad, de cáscaras y por lo pronto, de pequeñas ardillas. No debe haber mayor felicidad que tener hijos y verlos crecer.
Ahora Angelina y Olivia parten hacia Montana donde compartirán muchos momentos felices. Pero espero que no se olviden de volver a menudo a La City para compartir buenos brunch, de esos de felicidad real.