Por la mañana hemos mandado a Glòria y Pep a Napa Valley para que disfrutaran de una buena cata de vinos y de otros placeres sensoriales de la zona. Mientras, mis sobrinos se han venido conmigo a Innovalley para inventar las cosas más alucinantes que uno pueda imaginar.
Por la tarde hemos dejado a la parejita en el Watercourse Way de Palo Alto para que tomaran todo tipo de baños japoneses. Y mientras dejaban volar la imaginación en este Onzen Californiano, los del equipo de trapo nos hemos dedicado a preparar una cena romántica al más puro estilo japonés donde no faltaran ni los disfraces de los comensales.
Y al llegar la noche, la pareja de tortolitos han tenido su fin de fiesta en el “Restaurante California” donde un par de Geishas guapísimas y un Chef un tanto alocado han hecho lo posible para que la velada fuera memorable.
Y este ha sido mi pequeño regalo a mis hermanos Glòria y Pep, espero que lo disfrutaran. Aunque a decir verdad... lo que no saben ellos es que el mejor regalo me lo he llevado yo al compartir un día inolvidable con Clara, Maria y Pau. Os quiero mucho, Family!