I think I just received the final sign that I should stay and live in San Francisco, the city where "your’re gonna meet some gentle people". What just happened to me is a clear example of how people are here. Obviously there are good and bad people everywhere, but I must admit that here I’ve seen the highest index of kindness I've ever seen anywhere. Well, here’s what happened:
Las Saturday, Dídac Lee came to visit me and we went with some friends to create some "Supertramps" in Mission Dolores Park. In one of my jumps, my shiny new iPod Nano, which I now use as my watch, came shooting out (incidentally, I was photographed at the moment I lost it). When I got home, I realized I'd lost it and I didn't think I would ever get it back. But Monday morning we received an e-mail at Innovalley from a girl who had found it and had investigated who the owner was from the "Innovalley" inscription engraved on the my iPod. Today I had the pleasure of meeting this girl, Alyssa, a beautiful journalist who has given me back my iPod and made my day a happy day.
“I'd like to think that if I lost my iPod someone would be kind enough to return it -- so that's my motivation.” Alyssa
Alyssa, thanks for your gesture and for the lesson. As a gift, I’m giving you a book of my city, Barcelona, a place where it’s not as common, but where there are also very kind people. I hope that one day you can enjoy a enjoyable walk through "Las Ramblas" of my beloved city.
Gracias Alyssa!
Creo que acabo de recibir el señal definitivo de que debo quedarme a vivir en San Francisco, la ciudad donde “your’re gonna meet some gentle people”. Lo que me acaba de ocurrir es un ejemplo claro de como es la gente aquí. Evidentemente hay gente buena y mala en todas partes, pero debo reconocer que aquí hay el indice de amabilidad más alto que he visto nunca en ningún sitio. Bueno, cuento la historia:
Resulta que el pasado sábado vino a visitarme Dídac Lee y nos fuimos con algunos amigos a realizar “Supertramps” en Mission Dolores Park. En uno de mis saltos, salió disparado mi flamante “iPod Nano” que utilizo ahora como reloj (Casualmente quedó fotografiado el momento en que lo perdí). Al llegar a casa me di cuenta que lo había perdido y pensé que no lo recuperaría jamás. Pero el lunes por la mañana recibimos un e-mail en Innovalley de una chica que lo había encontrado y que había investigado quien era el propietario a partir de la inscripción “Innovalley” que tiene grabado mi iPod. Hoy he tenido el placer de conocer a esta chica, Alyssa, una guapísima periodista que me ha devuelto mi iPod y ha convertido mi día en un día feliz.
“I'd like to think that if I lost my iPod someone would be kind enough to return it -- so that's my motivation.” Alyssa
Alyssa, mil gracias por tu gesto y por la lección. Te regalo un libro de mi ciudad, Barcelona, un sitio dónde no es tan habitual pero donde también existe gente muy amable. Espero que algún día puedas disfrutar de un agradable paseo por “Las Ramblas” de mi querida ciudad.