Son tantas y tan diversas las emociones que he sentido al terminar este maratón que no sé con cual de ellas me debo quedar para escribir algo en mi cuaderno de bitácora. Podría hablar de la decepción por no lograr el reto de bajar de las 3 horas (y además poner las excusas de los hills de San Francisco, del cansancio acumulado en Imagine, etc...) o podría hablar de la satisfacción de haber superado mi propia marca personal (3:07 en Barcelona) y haber llegado entre los 100 primeros de casi 6.000 participantes.
Pero este maratón no tiene nada que ver ni con marcas ni con posiciones. Este maratón es una historia muy personal de ilusiones, algo difícil de explicar y que tiene que ver mucho con Imagine. Para mi un maratón es un desafío que te hace sentir vivo durante los meses de entreno, un reto que te hace sufrir muchísimo durante la carrera y una recompensa infinita que recibes cuando consigues cruzar la meta. Creo que tanto los que corren maratones como los que han participado en Imagine (staff + dreamers), han sentido un poco lo mismo.
Hay que correr maratones y hay que marcarse retos en la vida. Desde aquí ánimo a todos a correr o a vivir persiguiendo un sueño. Seguramente al principio te sientes solo en tu propósito, pero si luchas con pasión, siempre encuentras quien te apoya. En mi caso particular, tuve la suerte de sentirme muy acompañado en este maratón: desde mi "trainer" Aitor que me dió un montón de consejos antes de salir (para él va la medalla) a Óscar que me esperó en la meta (nunca olvidaré ese abrazo). Y durante la carrera, me acompañó en todo momento la fuerza de los Dreamers que me prepararon una camiseta con sus manos pintadas en amarillo.
Para los Dreamers va este maratón. Se trata solo de una carrera pero es algo que quiero compartir con ellos. Ellos no me fallaron en Imagine y yo no podía fallarles en este pequeño reto. Va por vosotros Dreamers! Keep on Dreaming!